La arquitecta Jimena Hogrebe presenta “Bordado Arquitectónico”, un proyecto íntimo que explora las posibilidades de representar y entender la arquitectura a través de los límites de otras disciplinas, como una actividad múltiple y diversa. El bordado es una técnica milenaria que demanda una abstracción y un entendimiento claro de lo que se borda pero sobre todo se trata de hacer una pausa en el tiempo, como el dibujo a mano, se conecta la mano con el cerebro, se vincula la reflexión con la memoria y se hace un registro e interpretación de la arquitectura desde otra narrativa.
Como lo explica la autora, el proyecto nació a partir de la visita que hizo a la Documenta 14 en la que conocí la obra Historja de Britta Marakatt-Labba, un lienzo de veinticuatro metros de largo que muestra escenas bordadas de la historia, la mitología y la vida cotidiana de la cultura Sami.
La pieza llamó mi atención por su forma de narrar y por su juego de escalas, había que caminar por la sala para poder verla completa, y a la vez contenía una continuidad de paisajes suecos. También me interesó por lo logrado con los hilos y la tela, una estructura en tensión que a la vez generaba texturas y profundidades. Salí de la exposición pensando que había encontrado algo que quería integrar en mi práctica arquitectónica. Tiempo después llegué al estudio de la artista mexicana Gimena Romero para aprender a bordar y así comenzó la experimentación.
El trabajo de Hogrebe se ha caracterizado por profundizar en otras formas de narrar la arquitectura siempre desde un punto de vista crítico pero sobre todo desde una experiencia corporal que invita a poner el cuerpo en el espacio, en el proceso creativo. Un claro ejemplo de esto es su publicación “Geografía narrativa” la cual conjuga arquitectura, literatura y ciudad. “Bordado arquitectónico” invita al ojo a explorar las distintas formas y texturas que se levantan del lienzo, resalta detalles y se traduce a un movimiento continuo, pausado de un par de manos que dirigen y perforan la tela con una sola línea que conforma cada detalle.
Cuando empecé a bordar, también empecé a leer sobre bordado. El primer texto fue "México bordado" escrito por Romero sobre algunas técnicas tradicionales de bordado mexicano. También libros como "Threads of Life" de Clare Hunter o "Fray" de Julia Bryan-Wilson que ampliaron mi visión sobre la historia del bordado, su papel como técnica artística, su complejidad y riqueza y sus infinitas posibilidades. Y ensayos como algunos de los presentados en "Craft", editado por Tanya Harrod, también me han llevado a reflexionar teóricamente sobre esta práctica. Incursionar en este mundo me ha hecho ver que lo que surgió en Documenta 14 como una intuición, es ahora un camino.
El proyecto se compone de cuatro series: 1) Volumen y vacío, 2) Obras famosas, 3) Especies de espacios y 4) Arquitectas en ciapotipia con proyección de puntos ópticos. En estas series se pueden ver retratos intervenidos, proyectos de paisaje de Burle Marx, experimentos abstractos que juegan con los materiales, plantas fachadas y reinterpretaciones personales de edificios famosos que abren una mirada muy íntima hacia lo que conforma el trabajo de Hogrebe.
Me parece que hablar de intimidad y procesos personales es un camino para entender y esclarecer lo que se piensa y lo que se desea. En ese sentido, considero importante hacerlo porque permite saber con claridad hacia dónde se quiere encaminar la práctica, qué se tiene que hacer hoy para construir el futuro que se busca. Por otro lado, pienso que el tener presente la intimidad y lo personal, puede llevar a una conexión más profunda con el otro, lo que en arquitectura es esencial al ser una práctica cuyo planteamiento de base e ideal es la constante imaginación de mundos mejores para todos.
Resulta cada vez más interesante mirar la profesión desde el rabillo del ojo para entender cuáles son todos esos caminos que están enriqueciendo la historia a través de la transdisciplina. En estos puntos de convergencia es en donde surgen las preguntas que nos encaminan al futuro, recuperando la reflexión crítica y proponiendo ejercicios prácticos, útiles para las generaciones actuales y venideras. Este proyecto abre una ventana hacia una arquitectura que parte desde lo personal y lo cotidiano.